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Mis hijos siempre me dicen "Saprissa huele feo" cuando hablamos de fútbol porque saben que soy morado y les da risa molestarme. Mi hijo mayor, Nano, es un lingüista empedernido, y ningún intento por convertirlo en saprissista ha funcionado. ¿Cómo se convirtió en un lingüista? Mis cuñados son aficionados de la Liga y le inculcaron esa pasión enseñandole goles y canciones de la liga.

En un domingo, se enfrentaban la Liga y Saprissa mientras estábamos en la playa con amigos, la mayoría de ellos saprissistas. Goleamos a la Liga 3-1, y Nano veía el partido con una expresión algo triste mientras todos gritaban gol. Ese día, juré que se había convertido en saprissista y traté de convencerlo mostrándole quién era el mejor equipo. No lo logré, pero me encantó que no cediera y que mantuviera su lealtad a su equipo, incluso en momentos difíciles. Al siguiente día, firme con su decisión le dije: “Nano, está bien que sea liguista y no vayas con el equipo de papá. Eso sí, sepa que Saprissa es el mejor equipo así que va tener que aprender a perder pero yo lo apoyo y quiero igual siendo liguista y no voy a tratar de convencerlo más”. Le volví a preguntar y me dijo: “La próxima la Liga va ganar” y bueno quedo mas que claro que ya nada lo iba cambiar. Yo no fui así de joven; solía apoyar al equipo que estaba ganando, legítimo pancista por conveniencia y fue hasta alrededor de los 10 años que ya me quede morado por siempre.

En fin, el fin de semana, mi suegro y cuñado decidieron llevarlo al estadio para ver la Liga. No solo eso, sino que lograron que saliera a la cancha con los jugadores y que incluso apareciera en la televisión. Al principio estábamos nerviosos que se arrepintiera a mitad de camino o algo pero él estaba demasiado emocionado y lo hizo perfecto. Como padre, estaba emocionado y feliz hasta el punto que por primera vez en mucho tiempo, deseaba que la Liga marcará un gol para que viviera esa experiencia. Y así fue, metieron gol y hasta lo celebre jaja.

¿Por qué comparto esto? Por varias razones. En primer lugar, porque este es un espacio para compartir historias personales de cosas que me gustan, me parecen importantes y me dan felicidad. En segundo lugar, me encanta ver cómo los hijos escogen su propio camino y es super importante que uno les de esa libertad siempre poniendo límites (no pueden hacer lo que les dé la gana). Aunque mi hijo mayor apenas va cumplir cuatro años, ya estoy hablando de su independencia, y eso va hacer que muchas veces no escoja mis equipos o lo que a mi me gusta pero eso es lo bonito de la vida porque probablemente él sea quien me abra los ojos a nuevas experiencias. Eso sí, al menos heredaron mi pasión por los carros y la adrenalina y por supuesto eso me pone feliz. En tercer lugar, porque los hijos son una prioridad y le dan a uno un propósito de vida. Su felicidad es la nuestra, y no importa cuánto deseamos que sigan nuestros pasos, siempre estaremos dispuestos a apoyar sus intereses y pasiones. Y en cuarto lugar porque uno como papá tiene un gran poder y responsabilidad sobre ellos. No crean que ha sido fácil para él ir con el equipo rival de su papa, yo se que yo soy una gran influencia para él y tengo el poder de influir en su vida, este es el poder más poderoso y frágil que a alguien le pueden dar.

El domingo después del partido Nano se despertó y lo primero que me dijo fue: Ahora si vas con la Liga como yo. Y tuve que decirle que no. Se quedó tranquilo pero lo que más me sorprendió es que en el kinder lo pusieron a pintar y me hizo un dibujo que tenía el color morado y me dijo. vea papa, "es para ti (no se pq aprendió hablar de tú pero bueno) le puse color morado porque yo sé que usted va con Saprissa". Y yo, trague saliva… lo agarre, le di un abrazo y le dije que lo iba poner en la oficina.

Sabían que entre un 20% y un 50% de los jóvenes no quieren tener hijos (el porcentaje varía según el país y la región), pero el número me sorprendió. No los critico, tener hijos implica muchos desafíos y si una pareja no está lista o no lo desea, es mejor que no lo haga. Ahora, yo recomiendo 100% tener hijos, pero eso implica muchos sacrificios. ¿Sabían que hay estudios que dicen que tener hijos hace menos felices a las personas? Por otro lado, también hay estudios que sugieren lo contrario, que la paternidad inicialmente puede generar menos felicidad, pero con el tiempo, genera más. Sea lo que digan los estudios, creo que ninguno toma en cuenta lo que un hijo aporta como propósito de vida. La paternidad está llena de retos, noches en vela, lágrimas y mucho más, pero ese amor que desarrollamos por ellos es invaluable.

Yo tengo la suerte de tener flexibilidad en mi trabajo y dedico muchas horas de mi tiempo a mis hijos, pero esto no es la realidad para todos. Tampoco es necesario que todos quieran pasar tanto tiempo con ellos; la calidad supera la cantidad. Cada persona es diferente, y mientras cumplan responsablemente con el trabajo más importante de sus vidas, ser padres, pueden hacerlo a su manera. Está perfectamente bien si no quieren tener hijos y disfrutar la vida de otra manera; nadie puede ni debe decirles cómo vivir. Libertad para elegir.

La vida está compuesta por experiencias que nos moldean. Cada experiencia, incluso las más pequeñas, nos deja recuerdos y contribuye a nuestra personalidad. Aunque la genética juega un papel importante en nuestra "personalidad", también se desarrolla a medida que vivimos diferentes experiencias. Debemos tener cuidado de no consentir en exceso a nuestros hijos y enseñarles que las cosas se ganan con esfuerzo. Valorar el esfuerzo es crucial, independientemente de si ganan o pierden, pero encontrar el equilibrio adecuado puede ser un desafío. Aprovechen a sus hijos todo lo que puedan, es el mejor regalo de la vida y el tiempo se pasa soplado.

Pura vida.

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