Este mes me acerqué al mundo del automovilismo internacional como hace años no lo hacía. Mi primera experiencia fue cuando tenía 20 años, y aún creyendo que podía volverme un piloto "profesional", me fui a correr fórmulas a Le Mans, Francia. Que experiencia tan tuanis fue, pero también me di cuenta que mi talento no era suficiente para vivir de eso y hasta ahí llegó mi "sueño". En ese momento dije, mejor me devuelvo a bretear para más adelante poder correr carros por pasión.

Lo más bonito es que la vida me dio una oportunidad privilegiada de poder hacer ambas, pues el negocio familiar está en la industria automotriz y de ahí sale la "excusa perfecta" para seguir corriendo también. Y ojo, no solo lo pienso yo, Akio Toyoda es quién nos ha enseñado que ese es el camino del éxito. Recientemente, tuve la inolvidable oportunidad de visitar un equipo de carreras automotriz que encarna la visión y pasión del presidente de Toyota y su hijo. Rookie Racing no es solo un equipo de carreras; es un laboratorio viviente, una incubadora de innovaciones donde se gestan los autos del mañana.

La filosofía de Rookie Racing es clara: mejorar continuamente y construir autos más emocionantes a partir de la esencia y el espíritu de los deportes de motor. Esta visión se extiende más allá del asfalto, con el objetivo de transformar la experiencia global en la industria automotriz y en el campo de los deportes de motor. Es un esfuerzo colectivo para crear un ecosistema donde patrocinadores, equipos, fanáticos y fabricantes se beneficien mutuamente, a la vez que se cultiva una nueva generación de profesionales a través de un esquema de desarrollo de pilotos, mecánicos e ingenieros.

Durante mi visita, pude experimentar de primera mano cómo Rookie Racing utiliza el deporte automotor como un campo de pruebas para innovaciones tecnológicas, como el primer carro de carreras impulsado por hidrógeno. Este enfoque no solo apunta hacia un futuro más sostenible, sino que también redefine lo que significa la velocidad y el rendimiento en la era moderna.

Pero Rookie Racing va más allá de la pista de carreras. Es un lugar donde se fusionan la pasión y la tecnología, un garaje que refleja la visión futurista de sus fundadores. Es un espacio donde los sueños de ayer se convierten en las realidades de mañana, donde los autos no solo se construyen, sino que se crean historias y emociones. Un futuro donde los autos son más que medios de transporte: son emblemas de innovación, emoción y conexión humana. No solo está construyendo mejores autos; está redefiniendo lo que significa ser parte del mundo del automovilismo.

Y si, de verdad que son pilotos de carros. Hace unos 10 años en otra visita a Japón entrené en karts con los Toyoda (papa e hijo) y con varios pilotos profesionales de su equipo de carrera. Este es un recuerdo que nunca olvidaré y me trae a contarles la emoción de las carreras que viví el fin de semana en el mejor circuito del mundo, Spa Francorchamps. Este circuito es muy rápido y peligroso pero aun así es el sueño de cualquier piloto. Que experiencia tan buena fue, no gané nada, pero de verdad qué fue una locura de las buenas.

Saliendo de pits empezó a llover y minutos después comenzó a nevar. El reto de manejar esta pista en esas condiciones era otro nivel y no quise arriesgar qué aunque me moría de ganas de seguir entre a pits a cambiar llantas de lluvia. A partir de ahí, manejé en lluvia todo el fin de semana hasta la última parte de la carrera que salió el sol. Fueron 12 horas de competencia donde compartí el volante con dos pilotos más. Estas carreras no las gana el más rápido a una vuelta, sino el equipo más constante, que no cometa errores y haga la mejor estrategia. Imagínense que pásalos practicando por más de 1 hora el cambio de piloto, empezamos durante 50 segundos y terminamos en 25 segundos. Esto, en una carrera, es toda la vida.

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No tuvimos mucho tiempo de practicar y en la qualy tuvimos un problema con los frenos que nos puso salir casi de último lugar. Me tocó tomar la salida, la parte más emocionante pero de más cuidado en una carrera, y en medio de lluvia y nieve empecé a adelantar posiciones. Hubo un momento que era tanta la lluvia que no se veía ni a 20 mts adelante cuando uno iba a más de 260 kph y con carros adelante tirando agua para arriba. Más de una vez no vi la referencia de frenado y por poco quedó fuera de la carrera pero luego de varios sustos pude entregar el carro en P24 al siguiente piloto.

Terminamos P 22 el primer día (estaba dividido en 5 horas el sábado y 7 el domingo) y sabíamos que si queríamos llegar al podio teníamos que arriesgar. El domingo también hubo lluvia y nieve pero al final tuvimos la oportunidad de correr en seco. Los cambios de piloto eran super importantes por lo cual decidimos que cada piloto se tenía que terminar de "tallar" el cinturón solos para ganar tiempo en pits. ¿Buena idea? No. Anduve con el cinturón "medio suelto" por varias vueltas al punto que ya iba entrar a pits no solo porque era difícil sostenerse en las curvas sino porque era peligroso. De repente, salió el safety car y tuve chance de amarrarme mejor y seguir pero nunca quedé cómodo (la próxima es mejor perder 5 segundos en pits) pero ir muy bien amarrado y diay todos son aprendizajes. Terminamos la carrera P6 en la categoría y P19 absolutos. Bueno? No, pero hay que tomar en cuenta que corrimos contra pilotos que ya conocían muy bien el carro y la pista y tampoco se podía pedir mucho. El nivel del automovilismo en Europa es muy alto y si queremos ganar vamos a tener que hacer las cosas diferentes y mejorar.

Sea lo que sea, esto fue una de las mejores experiencias de mi vida y de eso me siento agradecido. Pero, ¿saben que? La parte que más me llena de felicidad de estos viajes es cuando llego a la casa y veo a mis hijos. Muchas veces no nos damos cuenta que la mayor alegría está ahí a la par nuestra y si bien todas estas experiencias hacen que la vida sea más interesante, no son esenciales para ser feliz.

Gracias por leer mis aventuras y espero poder volver con algún trofeo en algún momento.

Pura vida.
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