¡Hola! Hace unas semanas asistí a una clase de pintura, y tengo que admitir que pensé que iba a ser más fácil de lo que creía. Evidentemente, no soy ni cerca de ser pintor o artista, pero siempre he sentido una gran pasión por crear. Considero que tengo un lado creativo que me impulsa a formar nuevos negocios e ideas constantemente. Y sí, disfruté mucho pintar; fue un momento para desconectarme de todo lo demás.

Mientras sigo desarrollando mi vida profesional, también me encuentro cuestionando muchos aspectos de la vida y buscando nuevas experiencias. Me propuse fortalecer mi lado educativo y exploratorio, yendo más allá de los negocios y probando cosas nuevas.

Ahora bien, todos tenemos el mismo tiempo al día, entonces, ¿cómo encontrar espacio para estas experiencias? Entre nuevos retos profesionales, la experiencia de vivir fuera de Costa Rica y estas ganas de explorar, el tiempo se ha vuelto algo crucial. Tuve que revisar mis prioridades y dejar algunas iniciativas que me gustaban, pero en las que sentía que ya había cumplido un ciclo. Esto también es positivo para esas organizaciones, ya que permite relevos. Soy una persona intensa, y cuando me comprometo, me gusta hacer las cosas en serio. Pero también reconozco que a veces puedo intentar "controlar" más de la cuenta, y soltar es necesario.

Decidí reducir la cantidad de reuniones. ¿Alguna vez se ha preguntado si tiene más reuniones de las necesarias, esas que no generan valor? He hablado con muchas personas sobre esto, y es sorprendente cómo todos, de alguna manera, buscan optimizar su tiempo. Me limité a tres horas de reuniones al día en lugar de cinco. El resultado ha sido positivo: he delegado más, tengo más tiempo y siento que las cosas fluyen mejor.

Volviendo a mi estado de exploración artística, la experiencia ha sido muy gratificante. Me propuse dedicar tres horas a la semana a aprender y pintar. Quién sabe, tal vez algún día logre crear algo que quiera colgar en la pared. Por ahora, es pura práctica, y aquí comparto mi primer ejercicio. Nunca imaginé que disfrutaría tanto de la pintura; hace algunos años, me habría reído ante la idea. La vida es así, uno va evolucionando.

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Ahora, en mi familia hay verdaderos artistas, mis dos abuelas pintan lindísimo y mi tío ,Javier Martén, la está volando con su arte. Javier no solo es un excelente pintor, sino que ahora también está haciendo esculturas. Ya he comprado un par para la casa y la oficina, y son realmente impresionantes. Hace poco nos compartió lo que para él significan sus obras y me pareció muy inspirador:

“Mi obra explora la dualidad entre lo microscópico y lo macroscópico, esos misterios que están presentes en el universo y también en nosotros mismos. Me inspiran esas incógnitas y, a través del arte abstracto, busco traducirlas en mundos y sentimientos que puedan compartirse. No quiero ofrecer una narrativa rígida ni un mensaje cerrado; prefiero que cada pieza sea un espacio abierto, donde el espectador proyecte su propio mundo interior.

Cada persona que observa mi obra trae consigo su propia mirada, su energía, su disposición mental y emocional. Así, la experiencia que se genera es única, personal, íntima. Esto es similar a las enseñanzas de Sri Ramana Maharshi, quien hablaba de mirar hacia dentro para encontrar la verdad. De la misma forma, invito al espectador a mirar dentro de sí mismo al observar mi trabajo, permitiendo que el arte se convierta en un espejo de su conciencia y emociones.

Para mí, la realidad está definida por nuestra atención consciente. Donde ponemos nuestra atención, ponemos nuestra energía, y eso da forma a nuestra experiencia. Cada pieza es, en esencia, un espacio para que cada uno descubra su propio significado y su propia verdad.”

Y bueeeno, tuve el privilegio de hacer una pintura con él y Fio, mi esposa. ¿Qué les parece como quedó?

¿Y ustedes? ¿Hay algún artista que los inspire o que les motive a crear? ¿Qué les gustaría explorar en el 2025? Pura viida.

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