Mi primer trofeo
¿Cuándo se ganaron el primer trofeo, o mejor dicho, ¿se han ganado alguno? Pues, resulta que este fin decidimos llevar a nuestros hijos a su primera competencia en la vida. Les cuento, son bien competitivos, ¿a quién salieron, jaja? Esto me hizo recordar mi primer trofeo en una competencia de taekwondo. ¡Lindos recuerdos!
Volviendo al tema de ser competitivos, me ha tocado bajar las revoluciones con ellos porque se pelean todo el día por ver quién gana en todo: comiendo, vistiéndose, lavándose los dientes, y en cualquier otra tontera que se imaginen. Da risa, sí, pero a veces ya se pone muy intenso y hay que enseñarles que no todo en la vida es una carrera y que tienen que aprender a perder también. ¿A quién le gusta perder? A mi definitivamente no pero bueno he tenido que aprender a manejarlo y pasarlo de algo negativo a positivo pero ya tengo 38 años, ¿cómo le explicas eso a un chico de 3 o 4? jaja.
En fin, les encanta la bici, y me llena de orgullo ser el que les enseñó a andar (el mayor ya pedalea sin rodines, y espero que el chiquitín de 2 y medio lo logre pronto). Claro, hay que darle créditos a la mamá, que los lleva todas las semanas al bike track y los ha vuelto unos expertos en equilibrio, subir cuestas y más. Resulta que vimos una carrera anunciada: Strider Cup, y nos pareció chiva la experiencia de participar (no solo carreras contra el papá).
Este sábado fue el reconocimiento y el domingo las carreras. La pista estaba en Terrazas, 100% plana, o sea, carrera de velocidad y no técnica, que no es el fuerte de ellos. La mamá los llevó, y creo que le entraron nervios al ver a otros niños más rápidos "¡Se van a morir si no ganan el trofeo!" Yo le dije: "Así es la vida, que aprendan que no todo se gana fácil y que entrenen más" (suena como si fuera muy frío, y sí lo soy, pero con mis hijos también me daba cosa la verdad y compartía ese sentimiento). En fin, llegó el día de las carreras.
Ambos tenían que correr con la misma bici, la Strider 12”, porque el mayor tiene una Trek de pedales y, por supuesto, no estaba permitido. Aquí empezó un tema, Momo no quería prestarle la bici a Nano, y Nano no quería correr en esa. ¡Sí, nadie dijo que criar hijos es fácil! Pero nos lanzamos y ese día se les olvidó todo. En cuestión de segundos ya estábamos corriendo porque tocaba el primer heat. Ok, pocas veces he gritado tanto en mi vida, mi hijo se quedó viendo para otro lado en la salida y todos salieron menos él. Imaginense a este papa, vuelto loco para que arrancara y una vez que empezó entre más le decía que fuera más rápido, más lento iba y se reía... fue tanta la frustración que la verdad terminé muerto de la risa y quedó de penúltimo. Ojo, faltan dos heats más, pero empezamos mal. ¿Se nota en mi cara? jaja.
Era ahora el turno de Nano, lo hizo bastante bien y quedó tercero, pero igual no paré de gritar ni de correr al lado de él para que le pusiera ganas. En el segundo heat de Momo, tenía que cambiar la estrategia y le dije: “Momo, si corres rápido, te compro un chocolate grande”. Me sonrió y le dio más gas, llegando de tercero. El último heat clasificatorio no corrió tan bien, pero logró llegar cuarto y clasificar a la gran final (los mejores 5 de los dos grupos pasaban). Nano quedó cuarto y tercero y también pasó. En la final, iba a ser más difícil porque venían los mejores, pero no sé cómo Momo salió súper bien y terminó tercero, los últimos 50 metros venía pegadisimo al cuarto y tanto yo como el papá del otro nos portamos pésimo ofreciéndoles hasta confites de por vida para que corrieran más rápido jajaja. Nano no le fue tan bien, tuvo una muy mala salida e iba de último, pero luego le puso y empezó a pasar a varios y con uno hasta se empujaron y logró rebasar. Se emocionó tanto que cuando me vio en medio de la carrera paró y me dijo: "Vio papá, le eché cuerpo y le pasé", y yo... ¡PÓNGALE todavía puede alcanzar a los otros! Pero no le dio chance y quedó quinto. El pase fue buenísimo, y él súper feliz pero no estaba tan contento cuando le dieron el trofeo al hermano y no a él. ¿Qué creen que hicimos? Les dijimos: "El trofeo es de los dos como equipo", y bueno, estaban felices y se tomaron fotos. No sé si era lo correcto, no se suponía que tenía que aprender a perder, pero la carita que pusieron en ese momento no pudimos contenernos, y así terminó nuestro primer evento deportivo.
¿Por qué lo cuento? Primero, porque me encanta escribir sobre cosas bonitas que me emocionan. Segundo, porque creo que es súper importante exponer a nuestros hijos al deporte y a eventos de competencia. En estos eventos es donde personalmente más me he formado como persona: disfrutando los triunfos, aprendiendo de los errores, conociendo mis límites y mucho más. Por último, me parece súper importante el tema de "generar comunidad" en nuestras marcas. Strider está haciendo un trabajo fantástico en este sentido. Uno quiere ser parte de esto y, por supuesto, que ayuda en las ventas porque es sentirse parte de algo. En nuestros emprendimientos hemos visto a muchos poner esfuerzos muy grandes en lograr algo así. Uno de ellos es Pedro, “En Avify hemos construido un motor de retención y captación de nuevos comercios interesados, abriendo espacios de networking y educación, con el fin de acercarnos de forma más personal a nuestros clientes y entender las necesidades que tienen alrededor del problema que solucionamos. Con esto hemos podido identificar de forma acelerada los puntos de dolor de nuestros clientes, desarrollar con rapidez y experimentar con ellos las nuevas funcionalidades. Esto nos da una ventaja competitiva que no cualquier otro comercio desarrolla, permite que se active el componente "boca a boca" y nos da la posibilidad de comunicar con mayor facilidad el futuro de la herramienta que estamos construyendo.”
¿Y ustedes? ¿Cómo generan comunidad? ¿Con cuáles marcas se sienten identificados y por qué? ¿Cuándo van a correr su próxima carrera? O ¿cuándo van a empujar a sus hijos a correr una? En este mundo hay que aprender a competir, y si bien no todo es competencia y hay que saber colaborar, definitivamente es una parte fundamental si queremos volvernos capitanes de nuestro propio barco.
Pura vida.
Soy Amadeo, un emprendedor de la vida, impulsado por lo social, amante de la adrenalina y papá de dos hijos. Me encantan los negocios, sobre todo los emprendimientos, pero lo que más me mueve es formar más capitanes, que como yo, puedan tener las oportunidades para ser feliz, soñar y dejar una huella.
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